
A día de hoy, nadie se sorprende al ver una ambulancia circulando por la carretera en un estado lamentable.
La gestión del transporte sanitario urgente y no urgente, llevada a cabo por las empresas adjudicatarias en Cataluña en los últimos años, ha hecho que normalicemos esta imagen y no veamos que estos vehículos sanitarios son un auténtico peligro para la población.
En el caso de la empresa Transport Sanitari de Catalunya, adjudicataria del transporte sanitario -urgente y no urgente-, toma la estrategia de alargar la vida de los vehículos a lo largo de lo que dura la concesión del concurso público. Es decir, no cambian los vehículos de la flota a pesar de que su estado sea deplorable. Esto se traduce en que se trabaje con vehículos que acumulan múltiples averías y estados precarios.
Por si fuera poco, en los últimos meses estas averías han pasado a ser de mayor gravedad y han hecho saltar todas las alarmas. Concretamente en la comarca del Bages, dos compañeros (de la unidad de Soporte Vital Básico de Manresa que realiza los servicios de urgencias SEM) fueron intoxicados por la inhalación del humo de la combustión que entraba en el vehículo. Ante este accidente -que se hubiera podido evitar- la empresa respondió que llevaría el vehículo a reparar.
Una semana después, un nuevo trabajador fue intoxicado en el mismo vehículo. La empresa, en ambas ocasiones, tras los graves accidentes, alegó que había ventilado la cabina y que, por lo tanto, había procedido a movilizar el vehículo circulando por carretera, poniendo de nuevo en peligro a quien lo conducía.
Estos incidentes no son solo exclusivos del Bages, en la comarca del Gironès son también tres, los compañeros del servicio de transporte sanitario no urgente (TSNU) que han ingresado en urgencias por mareos, cefalea intensa, tos y malestar, derivado de la inhalación de humos de los vehículos que conducían. Vehículos que llevan un uso superior al medio millón de kilómetros. Ante estos accidentes, la respuesta de la empresa, en el caso de una de estas ambulancias que intoxicaba, ha sido simplemente trasladarla a Mataró y mantenerla en activo, a compañeras/es y pacientes de otra zona.
Y es que en el Gironés, toda la flota del servicio programado de TSNU está envejecida, difícilmente encontramos unidades con menos de 400.000 km. Habiendo solicitado a la empresa la renovación de los vehículos, esta simplemente contesta que no tienen intención de realizar ninguna renovación.
Los trabajadores y trabajadoras en Girona trabajan con miedo de acabar intoxicados o que debido a la inhalación de monóxido, puedan causar algún accidente y dañar a alguien, o incluso afectar a pacientes vulnerables. Hay compañeros que presentan cuadros de ansiedad por este motivo. Y es que debemos tener en cuenta que el monóxido no avisa y que puede llegar a perderse la conciencia mientras se conduce con pacientes dentro de la ambulancia. Si esto ocurriera, además, la responsabilidad de lo que pueda suceder recaería sobre ellos/ellas.
Consideramos estos accidentes reiterados como ejemplo cotidiano de la falta de seguridad con la que trabajamos los y las trabajadoras, y como las praxis negligentes de las empresas adjudicatarias como TSC, ponen en riesgo tanto a los profesionales de la sanidad como a los propios ciudadanos/as que hacen uso de ella.
Es que es importante subrayar la gravedad y el riesgo potencial que esto representa para los pacientes que utilizan este servicio con patologías diversas, muchas veces inmunodeprimidos. ¿Os imagináis lo perjudicial que puede llegar a ser para un paciente oncológico estar respirando malas combustiones de los vehículos? Los residuos de vehículos de gasoil generan humos conocidos extensamente por todos como carcinógenos.
Así como esta vez se ha detectado la intoxicación de los/las trabajadores/as, desconocemos cuál es el número de gente que se puede haber intoxicado en los traslados o aquellas personas a las que posiblemente se les ha agravado la patología durante los trayectos.
El gran problema cuando se utilizan empresas privadas para dar un servicio básico esencial como es el transporte sanitario, es que dejamos de priorizar la salud de los pacientes y trabajadores/as para obtener beneficios económicos para que los grupos de inversiones engorden sus cuentas a costa de todos/as.