NUNCA SEREMOS SUMISAS

¿Qué ocurre cuándo una trabajadora o trabajador vive una situación de abuso empresarial, injusta, ilegal… y cree que aceptar aquella condición hará que no se tome ninguna represalia?

Pues ocurre que por cada decisión que aquel trabajador acepta, y eso lo vivimos cada día en nuestra empresa, ésta sabe se encuentra ante alguien que puede domesticar, haciéndolo maleable y dócil, y que posiblemente no sabe cuáles son sus derechos. El pensamiento de estas personas y las que las rodean suele ser el siguiente:

“Si no acepto lo que me piden, después tendré problemas. Si lucho por mis derechos, habrá castigo. Si no hago lo que me dicen, estaré en una lista negra. Si me niego, no aceptarán los cambios, nunca me ‘otorgarán un traslado, si tengo un problema con la unidad, irán a por mí con sanciones… Buscarán cualquier excusa para echarme’.

Por no querer tener problemas con la empresa, los acabamos teniendo, ya que aceptamos todo lo que es un inconveniente y nos queman con todo lo que conlleva. Mientras vemos a otras compañeras y compañeros que nunca son “molestados”.

El problema es que a veces somos responsables de estos abusos por no tener claros nuestros derechos. En la legislación y el ordenamiento jurídico existe y se aplica la “Garantía de Indemnidad”, que no es más que la protección legal que tenemos ante posibles represalias de las empresas cuando reclamamos nuestros derechos.

Esto está regulado en el artículo 24 de la CE y el 17.1 del E.T, que dice textualmente “serán nulas las decisiones de los empresarios como reacción a una reclamación de los trabajadores de hacer valer sus derechos…”.

Es decir, el empresario no puede despedir, regalar, menospreciar, denegar permisos… a nadie como consecuencia de la reclamación de sus derechos y estas acciones serán declaradas nulas. Todas las empresas lo sabemos, TSC no es una excepción.

Por tanto, compañeras y compañeros, aquella vieja teoría que todos y todas en algún momento de nuestra vida laboral hemos tenido dentro de la cabeza: “si denuncio, reclamo, me quejo, = me despedirán”, es justo lo contrario; “si te quejas, reclamas, demandas = estará protegido ante la arbitrariedad empresarial”.

Si no reclamas (y muy importante, POR ESCRITO) te tratarán como quieran y si después, deciden prescindir de ti, porque ya no les interesas, nunca podrás demostrar que habías vivido una situación injusta para reclamar un despido nulo, o un acoso, abuso etc…

“Las reclamaciones siempre por escrito, y antes de hacerlas es necesario asesorarse y consultarnos. De esta forma la empresa no podrá eximirse, ya que tendrá conocimiento de la vulneración real de derechos que padeces.

¡SIN SUMISOS!

Sección Sindical de CGT en TSC Zona Franca

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